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Por qué se hace necesario planificar

"Sin duda, si tenemos claro a dónde vamos, lo que nos pase por el camino no podrá alterar nuestra capacidad para conseguir el objetivo. Debemos de ser flexibles, por supuesto, e introducir variantes, pero sin una hoja de ruta no se podrá saber si estamos en la senda oportuna ante las contingencias que aparezcan".


Esta era la justificación que en LPF yo mismo daba al colega entrenador de que planificar sea tan importante cuando acometemos nuestra labor como técnicos. Lo primero de todo, desde mi prisma. El planteamiento básico e inicial.


Ya han pasado tres semanas de trabajo en esta pretemporada tan peculiar por su corta duración y su incertidumbre. Tres semanas de dobles sesiones y partidos para adaptarnos a las demandas del juego y coordinar comportamientos individuales dentro del colectivo. Tres semanas para empezar a percibir patrones de comportamiento en las relaciones de los jugadores con el balón y sin él. Tres semanas para aprender de lo que pasa a través de la observación y las relaciones humanas de cara a prepararnos para ser efectivos en competición, buscando la eficacia, pero aceptando que no siempre se logre la mayor eficiencia (quién pudiera ser determinantemente exitoso con el mínimo coste energético...). Tres semanas de pasión y diversión, sin duda, hasta en los momentos difíciles, ante las contingencias (diarias, prácticamente), que genera cualquier grupo humano, pues ¿quién podría atender a tanta responsabilidad y exigencia sin disfrutar de lo que hace, sin la sonrisa, sin el abrazo amable, sin el cariño del de al lado?


En este fin de semana libre te traigo un extracto de LPF donde me pongo a disposición del entrenador, del compañero, para compartir aquello que yo eché de menos cuando daba mis primeros pasos como entrenador en esas escuelas de fútbol y equipos de base donde mi ilusión compensaba mi ignorancia.


" Desde mi experiencia, el abandono del fútbol y la puesta en marcha de la carrera como técnico supusieron dudas constantes de si lo que hacía estaba bien o mal; de si era el momento, o no; de si esta época es buena para esto, o quizás para esto otro. Tenía un número infinito de cosas en la cabeza que desarrollar con mis chicos, pero nunca estaba seguro de si las entrenábamos en el momento adecuado, qué tarea iba delante de la otra, si primero era el ataque, la defensa o lo condicional (como me habían enseñado... Como si todo fuera tan simple).


En las dudas de mis alumnos de la escuela de entrenadores encontré similares preocupaciones tanto en noveles como en el curso nacional, en ex jugadores amater y de élite, en jóvenes y maduros.


Todos querían recetas para ordenar su conocimiento, pues intuían que una estructuración errónea podría incidir en el rendimiento negativo de su equipo: bienvenidos al maravilloso mundo del fútbol, donde nadie puede aseverar que lo que hace es sinónimo de éxito por indemostrable, y lo que ha tenido éxito en un equipo puede ser funesto para otro. Pónganse cómodos.


Lo que esta herramienta te permite es ordenar con criterio todo lo que afecta al rendimiento de manera general para que tu trabajo tenga un sentido, apoyado en las ciencias de la actividad física y del deporte, la teoría del entrenamiento, el fútbol, la experiencia como jugador y la práctica como entrenador".


(Extraído del capítulo 1 de LPF, del apartado Principales problemas de ex jugadores, entrenadoresnoveles y principiantes en general a la hora de organizar su idea de fútbol).


Es necesario planificar. Tan necesario como imposible verificar que lo que se haga sea exactamente lo que exige el contexto. Los resultados darán una prueba objetiva de la eficacia esperada, pero solo ganan unos pocos. La importancia de los procesos para sacar conclusiones objetivas y subjetivas más allá del resultado es básica, y eso es un compromiso para con nosotros mismos. Podremos engañar al de fuera, apoyarnos en resultados para bien o para mal, pero a uno mismo y a la paz de haber obrado con conciencia de dar lo máximo que uno ha podido dar no se les engaña. Planificar. Saber a dónde voy. Tener todo organizado para poder atender a las eventualidades que, inexorablemente, van a aparecer en el camino. Estar preparado para no cambiar el rumbo, el punto de llegada, pese a poder cambiar mil cosas obligados por las circunstancias. Parafraseando a aquel, pero a mi manera, en positivo, todos los vientos son favorables al que sabe a dónde va. Alicia preguntaba al gato de Cheshire sobre qué camino era el mejor para salir de donde estaba. Este le respondía que dependía de a dónde quería llegar. Ante la contestación de Alicia, a la que le daba igual el destino, el gato le espetó: " Entonces, tampoco importa mucho el camino que tomes". ¿Sabes, lector, hacia dónde vas tú?


La semana que viene afrontaremos la recta final para el comienzo de esta apasionante temporada para mí. Espero aportarte otro granito de arena en la lectura semanal, granito incomparable a la suma de los que aportan cada uno de los lectores, aficionados y entrenadores que semanalmente visitan la web. Quiero dar las gracias a aquellos que, no solo a través de mensajes, también cara a cara, en partidos (como la semana pasada en Coín y Marbella) o en entrenamientos, me manifiestan el interés por estas humildes líneas semanales. Sirva este post para que quede constancia de mi agradecimiento y aprecio personal por cada saludo, cada conversación, por pequeña que sea, y cada muestra de cariño. Hacen que escribir tenga un sentido. Ojalá pueda aportarles tanto como ellos me aportan a mí.


Mucha Vida. Mucho Amor. Mucho Fútbol

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