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Un orden

Este COVID19 nos tiene locos en el 2021. Quedan solo quince días para acabar la temporada en Kuwait y a la liga le quedan cinco partidos aún por disputarse. Frenéticas dos semanas las que tenemos por delante, con partidos cada tres días, en las que lucharemos por ganar la STC Premier League con la dificultad que entraña tanta distancia con el líder que, sin disputarse todavía la decimocuarta jornada, tiene una diferencia de siete puntos con respecto a nosotros, segundos clasificados. No es el momento de hacer balance pero la regularidad de este año ha sido la nota predominante en nuestro rendimiento: campeones de la liga inicial o liga ranking, finalistas de la Crown Prince Cup, perdiendo en la prórroga, y segundos en la STC Premier League, por ahora, con solo una derrota; con las dos de la liga inicial, somos el equipo que menos derrotas ha cosechado y más victorias y, sin embargo, tenemos que luchar por recortar esa distancia con el líder en el actual campeonato. Quedaría por disputar la Amir Cup, pero estas cosas de la pandemia podrían hacer que se pospusiera. Veremos. En otro orden de cosas, pero sin dejar la actualidad, tengo que contarte que esta última semana de abril inauguraba una sección en redes sociales en la que iré dejando píldoras en forma de textos muy breves, en los que reflexionaré sobre aspectos diferentes del fútbol y de la profesión de entrenador. En esos pequeños tips sobre el fútbol (y sobre la vida) con el hastag #loquepiensodelfútbol, podremos compartir tú y yo lo que se nos ocurra «Del fútbol y de la vida», «De la dirección del grupo», «De los entrenamientos», «Del análisis y las conclusiones del juego», «Del rendimiento y los resultados» y «De la profesión», que serán los temas sobre los que versarán esas ideas compartidas; compartidas a la espera de que provoquen interacción contigo, por supuesto. Espero tu crítica y opinión. Empezaba con la idea de que a medida que gano en experiencias, menos firmes se tornan mis creencias y más abundantes mis dudas; y de que, sin embargo, a pesar de las dudas, para poder vivir de una manera práctica, y para poder entrenar, por supuesto, fijo un marco de referencia, a sabiendas de que pueda no ser el más adecuado, ojo. Sea más o menos adecuado, es necesario para poder llevar el día a día. Resulta útil. Permite seguir avanzando. ¿A qué me refiero con eso? Con respecto a la primera parte, a que el tiempo y las circunstancias vividas me obligan a reconocer que apenas tengo certezas y que, las pocas que tengo, lo más seguro es que estén equivocadas o no sean verdad del todo. Esto se debe a que lo que he ido aplicando a lo largo de mi vida, apoyado en conocimientos adquiridos, por la teoría o por la experiencia, o por ambas, ha ido dando diferentes resultados, no siempre con una correlación o patrón determinado, y, además, a ello, le he ido añadiendo más información que, por mi desconocimiento previo, no había valorado antes; y, por si fuera poco, a todo eso, se une la toma de conciencia de que la realidad es mucho más grande que lo poco que percibimos, bien porque no la percibimos completa (en ningún aspecto concreto) o porque hay cosas imperceptibles pero que existen. Conclusión: no puedo aseverar nada. Nada de nada. Con respecto a la segunda parte, a que pese a tener dudas sobre lo que puede ser o no ser lo adecuado, pues puedo encontrar todo tipo de resultados en mis acciones y todo tipo de maneras de enfocarlas, algunas más o menos parecidas, y eso me podría llevar a pensar en ciertos patrones; y pese a ser consciente de que cada situación de aquí en adelante será diferente (aunque se parezca a otras) y que no tengo la solución idónea, elijo mi forma de actuar, la que sea. Elijo un punto de partida, uno de llegada, un método, una organización, un criterio más o menos aplicable a menudo, coherente, y empiezo a funcionar. Eso es muy práctico. E imprescindible, en mi opinión. Si no, no empezaría nunca; si no, aunque empezara, me sería imposible acabar. Si lo vemos con el fútbol como ejemplo, cualquier forma de planificar puede dar resultados a los clubes (se pueden encontrar resultados con diferentes tipos de planificaciones), pero hay que partir de una planificación concreta. La que sea. Elegir la tuya. Por el motivo que sea. Es el primer paso. Y de ahí en adelante, con todo lo que atienda a la labor del entrenador, obrar de manera similar: funcionan muchas metodologías, pero habrá que empezar por una (o por una que mezcle varias); funcionan muchos sistemas, pero habrá que elegir uno (o varios, pero elegirlos y practicarlos); funcionan muchos ejercicios, muchos modos de encarar los partidos, muchas maneras de relacionarse con los jugadores, muchas formas de dar una charla… Muchos «mucho» para todo. Tantos que yo, personalmente, si no me decido por algo, no arranco. Parálisis por análisis. Entre eso y las dudas, me tendría que quedar en casa sin salir… Los entrenadores coordinamos a un grupo de técnicos que trabajan para nosotros y con nosotros, y dirigimos y acompañamos a un grupo de jugadores en su desempeño diario para preparar la competición. Eso, dentro de un entorno en el que somos empleados de clubes o empresas cuyos resultados dependen de los propios resultados que nosotros tengamos en el campo, tanto a nivel social como empresarial. Está muy bien dudar de todo, como yo transmito (y como yo dudo: te soy honesto), pues eso ayuda a mejorar tu versión propia. Te permite cuestionarte lo que haces y te presiona para evadir la comodidad y probar cosas que te lleven a niveles superiores a los que tienes, y a aprender. Sobre todo a aprender. Pero necesitamos transmitir seguridad a nuestro entorno (pese a que esta no exista), coherencia (por obrar como se dice y como se piensa, pese a saber que podemos estar equivocados y que debemos cambiar) y capacidad (aunque seamos aprendices hasta el día en el que nos despidamos). Y necesitamos disfrutar de las cosas que hacemos. Para eso, la cabeza tiene que estar enfocada, con atención plena en lo que hace, y automatizar ciertas rutinas para no desgastarnos cada día a cada momento en la toma de decisiones. Y para eso es fundamental tener un marco de referencia. Un método. Un estilo. Una organización. Un orden. Que tengas una feliz semana. Mucha Vida. Mucho Amor. Mucho Fútbol


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